Soy uno de esos

-Buen día, hacia el malecón por favor…
-Buenos días ¿Cómo está?
-Yo, simplemente…

 A veces me pregunto por qué la vida trata tan mal
 a quien no lo merece y al que sí, no se puede quejar.
Citando un caso, hay millonarios que mientras más tienen quieren;
rompe el alma, cuando hay niños que duermen en los contenes.

Brisas frías, pues no hay frisas para arroparse de noche.
Su única comida es aquella que le puedan brindar.
No hay amor, solamente nacieron para reproches
de sus padres si a las casas no llevaron un total.

Eternamente condenados a escenas de sufrimiento.
Su amigo “el cemento” le da fuerzas para no caer.
Son acosados e ignorados por muchos al mismo tiempo
¡Si hay remedio, el problema es que no lo quieren resolver!

-Te refieres a los niños de la calle. Sabes, me gustaría ayudarlos pero ellos no son como tú, así de serios y nobles. Solo piensan en actos delictivos y no quisiera que nada me pase, tengo una familia que mantener…

Me disculpa si interrumpo, creo que ya terminó.

Malo nunca será un árbol, revise donde creció.

Hurtar por necesidad no lo veo tan delictivo

el gobierno roba millones y tiene más que estos niños.

Diga usted si se ha sentado alguna vez a hablar con ellos.

No lo creo, aunque su gorra dice más que una campaña.

“Un mejor país para todos” frase aplicada a los cuentos.

¿Continuar lo que está bien? Claro, lo que venga en gana.

Antes de nacer, incluso, note el dolor de mi madre.

En mi infancia la música que escuchaba eran bocinas.

¿Que no son serios como yo? Mire las causas compadre

Me acogieron, y por eso, ya no pido en las esquinas…

-…Ya veo… ¿Entonces eras uno de ellos? Lo siento mucho…
-Yo también fui uno de esos niños. Conocedor de la calle, delincuente por necesidad y, aunque no lo crea, noble en mi interior. Hasta mi juventud crecí sin un apoyo ni un ejemplo por parte de mis padres, todo antes de mi integración en una institución para infantes de pocos recursos.  Si yo cambie, creo que mis amigos también lo pueden hacer…Por donde pueda, aquí me quedo…

Thay