Raffo- El soñador


    Según cuenta mi madre, el inicio en la escuela a los siete años trajo consigo muchas de las características que aún conservo, como esa honestidad basada en no romper las reglas ya establecidas en mi entorno por mis semejantes. El mayor problema al jugar cualquier cosa no era perder, sino hacer trampa pues ya se había establecido un pacto sobre lo que era posible o no.
    Ya no éramos niños que hacíamos las cosas sin pensarlas o en base a la intuición, sino que reflexionábamos sobre las mismas. Es por esto que podía establecer una relación entre lo que yo pensaba y lo que decían mis amigos, lo cual hacía que esa afectividad me hiciera más cooperativo y autónomo.
    Por otra parte, ya no caía en los juegos de mi padre quien me preguntaba si mi hermano tenía otro hermano y le respondía siempre que no, ya mi pensamiento no era tan infantil y egocéntrico y empezaba a entender el principio de reversibilidad.
    En estos años también me empezaron a gustar los rompecabezas, me entretenían mucho. Al inicio se veían muchas piezas diferentes las cuales conformaban una imagen perfecta mediante su posterior unión, el todo era la suma de las partes. En relación a esto, también iba comprendiendo la permanencia de la sustancia, el peso y el volumen de las cosas. Al separar una porción de la plastilina que había en el curso era de notarse que no iba a tener el mismo peso ni el mismo volumen debido a que no estaba como en su forma original.
     Fue un tiempo muy bonito, me gustaba pintar y cantar pero al parecer mi voluntad se fue por el lado de la música, aspecto que fortalecí en mi adolescencia.                                                     
    Mi juventud iba dejando atrás esa forma de pensar tan concreta, manipulable y sometida a la realidad. Ahora tenía ideas y construcciones abstractas las cuales se originaban a partir de hipótesis en base a lo que veía. Para ser más claros, al igual que en mi segunda infancia reflexionaba sobre las cosas pero no solo en la representación de una acción posible, sino en una futura representación de esas acciones basándome en razonamientos más difíciles y relacionados de acuerdo a las diferentes suposiciones que elaboraba.
    Es en esta época donde encuentro mi personalidad producto de mis acciones relacionadas en mis ideales y causas.  Ya no era el niñito que se sometía a lo que decían sus mayores. Me sentía distinto, y por ende, quería demostrarles mi superioridad tratando de cambiar al mundo.
    Seguía mis estudios en la música, en la cual vi un puente entre esos sueños y mi personalidad. El mundo no es justo y menos con quien lo necesita ser. Solo hay que fijarse en las noticias donde es más impactante observar una buena acción, porque las malas son el pan de cada día. Una bala cuesta menos que un libro; comprar la leche de los niños resulta más caro que una cerveza; se elige a un presidente que actuará desfavoreciendo al pueblo, multiplicando sus riquezas y la de los suyos....Si las personas me escuchaban podía tener la posibilidad de que las cosas cambien, sé que podía hacerlo. De ahí que me tildaran “el soñador”. Mis padres y sus amigos decían que reflexionar demasiado sobre esas cosas me estaba volviendo antisocial pero pienso que era todo lo contrario pues estoy pensando en un mejor futuro para la sociedad.
    Algunos comentaban que son cosas pasajeras debido a mi edad y la juventud naciente que en mi habitaba. Mientras tanto, otros con sus prejuicios, tachaban mi comportamiento como una actitud de rebeldía común en los jóvenes. Y por último estaban aquellos que me brindaron su ayuda en cierto momento al decirme que los jóvenes son la generación que asumirá los cargos de la sociedad futura, que debía seguir siendo creativo a la hora de componer, claro está sin una convivencia simultánea con el mundo adulto. Todo en base a un criterio adultocéntrico donde debemos de someternos a sus normas porque somos unos desadaptados y no vivimos la realidad de la vida.
    La parte que más me hacía enojar era aquel dicho de “ustedes los jóvenes todos son iguales”. Se nos encapsulaba en esa generalización haciendo que nuestra diversidad quede reducida y no tengamos voz ni voto.
    Empezaba a creer que ese pensamiento egocéntrico de los niños en la primera etapa de su vida se reflejaba en otro tipo de egocentrismo en la adolescencia, basado en la percepción de como las juventudes veíamos el mundo y, los adultos en ambos casos, no nos entendían. Si tal mundo de tanto razonamiento existía para ellos y para nosotros no ¿Por qué no nos entendían? ¿Por qué era tan difícil mirar nuestros sueños y metas sabiendo que en el pasado también pasaron por eso?
    Cada vez que preguntaba cosas como esa solo respondían que debía madurar y que el mundo no tiene superhéroes sino sobrevivientes, los males del mundo no se solucionaran solo con tener ese tipo de pensamiento. En ese sentido resulta irónico debido a que esas personas no actuaban para que las cosas mejoraran, todo lo dejaban a la suerte.
    Ciertamente no he de obviar un punto importante en el transcurso de mi vida, mi primer amor. Y si, de nuevo el mundo adulto metiendo sus narices donde no los llaman. Cuando ella y yo teníamos un desacuerdo aparecían diciendo: "Solo es parte de tu crecimiento fisiológico y maduración sexual, ya verás que no solamente será esa, vendrán muchas más". ¿Quién dijo que quería tener otra? La amaba y con eso me bastaba. Para mí, nuestra relación era como un espejo, ella se veía en mí y yo en ella.
                                                                           
     Su perdida me dolió bastante, acababa de ingresar a la milicia para cuando eso. Aparte de ella, sé que mi familia me quería y apreciaba mucho pero al parecer las cosas estaban en mi contra. Años después de la muerte de mi esposa murió mi hijo, y  luego de su muerte le di el último adiós a mi querida hermana. Me sentía fatal y más cuando tres años después de la muerte de hijo tuve que ver partir a mi hermano a quien quería tanto.
    Las cosas no andaban bien, mi segunda esposa y yo no nos entendíamos del todo y por eso nos divorciamos. Quería una mejor calidad de vida para mis hijos, así como llevar mi música fuera del país. No había abandonado mi sueño. Fui a México pero por problemas legales me encarcelaron y sufrí muchos maltratos...
    De ahí fui a NY con la ayuda de mi hermana Josefa...años después también siento su pérdida y la de mi madre.
    Tanta mala suerte no puede ser coincidencia. Yo soy culpable, no fui el sábado a misa (era adventista), un día sagrado y posteriormente murió mi esposa. De ahí viene toda mi desgracia. Ahora entiendo todo, esa realidad de la que me hablaron es más fuerte de lo que imagine y obvie en la búsqueda de mi sueño. A pesar de que aquí en mi país soy muy bien recibido por el público eso no basta pues lo he perdido todo. De nada me sirve lograr mis sueños si no puedo compartirlo con quienes quiero y con quienes me han ayudado a lo largo de mi vida cuando he caído. La verdad duele cuando se dice. Imagínense cuando se siente.
    Debí hacer caso a mis mayores cuando decían que despertara de mi sueño. Ya no puedo con tanta carga y he de dejarlo todo...me veía como un superhéroe pero falle, no pude salvar ni a quienes quería y ahora no puedo ni salvarme a mí mismo.

El soñador-Raffo
De niño siempre soñé con triunfar
ser un hombre enamorado.
Soñaba siempre con ser muy feliz
pero todo a sido en vano
Porque el destino traidor
de mis sueños se ha burlado.
Tan solo tuve un amor
y de pronto se ha esfumado.

Para mí todo acabo
ya no hay nada no queda nada .
Para mí todo acabo
solo penas llevo en el alma.

Mis sueños nunca pude realizar
el destino me ha engañado
Y nunca…nunca sabré yo porque
pero la vida me a castigado
Llenando mi alma de fe
y sentí que era alguien.
Tan solo tuve un amor
y de pronto no tengo a nadie.

Para mí todo acabo
ya no hay nada no queda nada
Para mí todo acabo
solo penas llevo en el alma.

Para mí todo acabo
ya no hay nada no queda nada
Para mí todo acabo
solo penas llevo en el alma.
***
Joan Noboa
Barahona, República Dominicana
Enero, 1985

    El intérprete de las canciones “No me hablen de ella”, “Tinieblas”, “Jamás volverás” y otros éxitos mas decidió quitarse la vida este fin de semana. Según versiones, el artista padecía de un trastorno mental a causa de la pérdida sucesiva de varios miembros de su familia, incluyendo esposa e hijos.
    El hecho ocurrió en el puente de la 17 donde un individuo observó que tenía un pie dentro del puente y otro fuera e inmediato fue a su rescate; lo abrazó pero después de varios intentos terminó tirándose lo cual ocasionó su muerte.
    La música dominicana se viste de luto. Hoy se le dice adiós a uno de los grandes, cuyo ejemplo debe de habitar en todos: soñar por un mejor mundo sin importar los comentarios de un mundo externo.

     Esta historia fue basada en la biografía de uno de los más grandes artistas en la historia de la música en República Dominicana, Raffo (el soñador).
Referencias
DJTineye809 (2008, octubre 27). Raffo – El Soñador. Recuperado de http://www.youtube.com/watch?v=5tbsExt9YiM
Jean Piaget. 1986. “La adolescencia”. En: seis estudios de psicología.
Jean Piaget. 1986. “La infancia de siete a doce años”. En: seis estudios de psicología.
Klaudio Duarte. “¿Juventud o Juventudes? Acerca de cómo mirar y remirar a las juventudes de nuestro continente. 
Rafael Alcántara Feliz (Raffo El Soñador). Pepe Pimentel ‘Barahona histórica’. Extraído de  http://pepepimentel.blogspot.com/2010/05/rafael-alcantara-feliz-raffo-el-sonador.html





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