No importa lo que cantes: El sonido de la lata

     

     Hace unos meses salió el estreno de “El sonido de la lata” del “Principe Baru”. En dicho video se puede apreciar una selva, siendo el cantante un cacique de la tribu que allí habitaba. A pesar de que muchas personas dicen que el dembow no tiene nada qué aportar al país, yo creo que dentro de esta canción hay mucho que encontrar, comenzando con la frase que grita a la mitad de la misma… ¡Mis indios se escuchan de lejos!

     En el anterior ensayo de No importa lo que cantes, hablamos de cómo el tambor utilizado por los taínos sigue vibrando y reuniendo a nuestro pueblo, conformándose así en uno de los cimientos de la felicidad en las y los quisqueyanos. En ese aspecto, este trabajo tratará de relacionar nuestra música con aquello que Benedetto Croce considera la ciencia de la expresión, y Kant, un ejemplar donde se comparten y reúnen todas las ideas subjetivas…la éstetica.

     Para Kant, la estética forma parte de esas necesidades subjetivas manifestadas con objetividad y que sirven de guía para un colectivo. Dicho elemento, también debía ser una experiencia que tenga un común en lo universal.

     ¿Qué tiene que ver eso con la música? Bien, te explico. Nuestros taínos relataban (necesidad subjetiva) las historias que debían ser recordadas en tiempos posteriores (guía y acción objetiva) ¿Cómo lo hacían? A través de cantos y ritmos con una especie de tambor hecho de un madero hueco, donde  había un guía que decía una especie de coro, que a su vez, era contestado por los demás participantes (común en lo universal).

     Pienso que Kant no se equivocó. Ese común en lo universal, en este caso la música, se ha mantenido vigente durante siglos, y en algunos casos, con la misma estética. Veamos el siguiente ejemplo:

Yo soy Ogum-Balendyó, y vengo de los olivos 
a darle la mano al enfermo y a lenvantar los caidos… 

Ay, yo soy Ogum (guía)
 [Balendyó] (respuesta)

y vengo de allá (guía)
 [Balendyó] (respuesta)

     ¿Les suena parecido? Esta letra es la introducción a Ritmo de palos del cantautor Kinito Mendez. Los palos son un ritmo donde se alaban distintas deidades, o luases, de los 21 misterios. Los orígenes de esta práctica se remontan la época de la colonización. Los españoles querían “cristianizar” a los africanos que habían traído, negándoles hacer todo ritual en honor a sus dioses y diosas, y dándoles cuadros de santos cristianos para que les rezaran. No les quedaba de otra, y ante ello, rendían culto a las imágenes cristianas pero atendiendo al significado de cada lua. Por ejemplo, a Santa Ana la relacionaban con Anaisa Pie, mientras que a San Elías lo veían como “El Barón del cementerio”. Y fue así que, de una forma sutil, comenzó el sincretismo (fusión) entre el catolicismo y los ritos religiosos africanos. Sincretismo que se mantiene hoy en día, al igual que la estética usada en ambos ritos (el areito y el vudú)…Al parecer Juan Luis Guerra sabe de lo que hablo y lo representa en su canción “A pedir su mano”.

Viene a pedir mi mano, viene (guía)
Vamo’ sonai unos palos pa’ que me quiera por siempre (respuesta)
Que su amor sea verdadero (respuesta)
pa’ que me quiera, ¡ay! (guía)
viene a pedir mi mano viene
vamo’sonai uno palo’ pa’ que me quiera por siempre
pa’ yo prendei’ mi lucero (respuesta)
viene a pedí mi mano viene (guía)

     La cantidad de canciones donde esta métrica de composición se mantiene en pie junto al sonido de un tambor detrás es inmensa, y también la podemos encontrar en la bachata o la salsa (ritmos caribeños ¿casualidad, no?).  De hecho, este mismo fenómeno se presenta en Venezuela donde, en la actualidad, las batallas de rap entre jóvenes tienen mucha popularidad, pero con la característica de que utilizan la misma estética que sus predecesores en las improvisaciones de coplas, muy diferentes a otros raperos de Latinoamérica. También lo podemos encontrar incluso el dembow. Si, en el dembow. Lo único es que en una sociedad donde se otorga más valor al individualismo, en las canciones, es el mismo guía que se responde debido a que no cuenta con el apoyo de más personas a su alrededor. Veamos…

Tengo el sonido de la lata (guía)
Es el sonido mami que te pone maniaca (respuesta)
Tengo el sonido de la lata (guía)
Ya sal del closet… (respuesta)

     Lo anterior, a pesar de tener diferentes historias, no solamente tiene la misma estética de las canciones que he señalado en este escrito, sino que también, posee el mismo fin… contar una historia para que conduzca la necesidad objetiva del colectivo. En este punto es donde las feministas quieren poner un alto debido al contenido (machista) con el que se continúa guiando a la población, cosa que veo imposible si no miran más allá de lo que a simple vista se ve, comenzando con sus batallas perdidas hacia la industria musical, quienes no venden contenido, sino sonidos de lata vuelto ritmos, lo cual explicaremos en el próximo análisis de No importa lo que cantes.

Y tú, ¿qué crees? ¿Has encontrado esta forma de componer en alguna canción latina? ¡Cuéntanos!

Referencias
Atalay, 2007; Santayana, 2006 en Soto, M. (2015). Ética y estética de los roles de género del INTEC. (Monográfico inédito), INTEC: Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Giovanni, C. (2009). Apuntes sobre el origen y práctica del vudú dominicano. Recuperado de: http://lapasioncultural.blogspot.com/2009/08/contexto-del-vudu-dominicano.html


S.a. (2011). El areíto. En Historia del nuevo mundo. Recuperado de: http://www.historiadelnuevomundo.com/index.php/2011/11/los-areitos/


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