Yo sé que tú me entiendes

Cierta vez una gran amiga brasileña me preguntó cómo podía adoptar una niña en República Dominicana. Para mí, ella es una de las personas más dulces que he conocido, y no solo por este gesto de amor, sino porque así lo ha mostrado con cada una de las personas que le rodean.

Sucede que para esos días me encontraba en el transcurso de una materia, psicología comunitaria, y debía realizar un trabajo para alguna comunidad. Da la casualidad que había elegido trabajar con niños y niñas de y en la calle. ¿De y en la calle? Sí, cuando uno no tiene algún familiar se es “de la calle”; mientras que si existe algún pariente, pero no se hace cargo de nosotras o nosotros, pasamos a estar “en la calle”.

El hecho radica en que el panorama para estos muchachos y muchachas es desolador. Trabajar como limpiabotas o estar a expensas de una mala jugada del destino ante un posible secuestro no los detiene en su día a día, deben sobre-vivir. ¿Cómo lo hacen? Quisiera que algún economista me dijera porque no lo entiendo. En una ocasión uno de ellos me dijo que ganaba aproximadamente 250 pesos repartidos de la siguiente manera: 100 lo gastaba en pasaje y 150 para su casa, lugar donde había que comprar gas (un litro actualmente cuesta 82.90) y alimentos, quedando 67 pesos que se van en la más mínima cosa.

Tenía 10 años y era el único que trabajaba. Su madre perdió un brazo en un accidente y tiene una fractura en una pierna. Su padre los abandonó cuando su madre tuvo dicho infortunio, y digo los abandonó porque el niño también tiene una hermana de 6 años.

¡Ah sí! Ahora lo recuerdo, 6 de diciembre fue el día que tuve la oportunidad de conversar con él. Para nuestra desgracia, eran las 2 de la tarde y hacía un calor inmenso, por lo que decidí buscar soda y una que otra picadera. Cuando los primeros bocados llegan al estómago de Christian, así se llamaba, hizo una pausa y me dijo – ¿Sabe qué? Este es mi desayuno señor, muchas gracias. Se me olvidó también, que tenga una feliz navidad-. A eso también le agregó que no comía en su casa, sino de lo que algún vecino le regalara como pago por realizar alguna diligencia.

Siendo sincero, no supe cómo contestar si no fuera con otra cosa que un gesto de agradecimiento pues ¿Cómo puedo decirle a Christian que tenga una feliz navidad sabiendo cuál es su realidad? Esa ocasión me dejó muy impactado al igual que cuando obtuve los documentos que necesitaba mi amiga para la adopción. Lo sé, me desvié un poco del tema pero créanme que para entender este relato resulta necesario.

Bien, dentro de los requisitos con los que debía contar mi amiga nos encontramos con el inconveniente de que ambas hijas del matrimonio anterior de su esposo debían estar de acuerdo y ella no creía que pudiera ser eso posible, por lo que, descartó la idea de tener una niña de origen dominicano. Pero no quiero tratar ese caso, hablemos de quienes son nacionales dominicanos. ¿Cuáles son los requisitos para adoptar a un niño o niña? Dentro de todos los que hay solo tomaré uno muy importante con el que para nada estoy de acuerdo: tener un matrimonio compuesto por un hombre y una mujer durante un periodo no interrumpido de por lo menos 5 años.

¿Matrimonio por un hombre y una mujer? Me suena parecido… creo que se trata de la Iglesia. Sin duda alguna esto es obra de ella, de las y los mismos que se oponen al aborto todavía mantienen en vigencia la idea de que una familia está compuesta por padre, madre e hijos/as. Quizás ellos nunca han visto una madre soltera o un padre soltero; un abuelo/a criando a su nieto/a, o algún tío que decidió hacerse cargo de la criatura que está desprovista de padres.

Debería dar vergüenza cómo quieren defender la vida y al mismo tiempo la maltratan; cómo usan las “sagradas escrituras” para menospreciar a las y los demás, sin antes predicar el amor y; cómo todavía las leyes siguen amparadas bajo esa filosofía de vida.

Traer un niño al mundo para que cargue una cruz a cuestas como hacen muchas niñas y niños iguales (o en situaciones peores) a Christian, me parece inhumano. En tal sentido, encuentro peor que aun naciendo se le abstenga de tener una familia sea de cualquier tipo, desde familias monoparentales hasta aquellas cuyos padres o madres son homosexuales.

"Nosotros, los seres humanos, somos seres biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva, de manera que sin amor no podríamos sobrevivir. El bebé nace en la confianza implícita de que con él o con ella habrá nacido una mamá, un papá y un entorno que lo van a acoger, porque si no lo acogen se muere. Por ello, la biología del amor es central para la conservación de nuestra existencia e identidad humana."

Humberto Maturana

Referencias: Golema, D. (2003). Emociones destructivas: Cómo comprenderlas y dominarlas. Argentina: Ediciones B Argentina S.A. ISBN: 950-15-2283-0

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